3. La Fundación Silenciosa: Conocimiento como Resistencia (1992)
La fundación de la institución en 1992 no fue una empresa comercial, sino un acto de resistencia intelectual contra la violencia que asolaba el País Vasco. En un entorno donde crear riqueza era una sentencia, el anonimato no fue una opción, sino una deliberada y necesaria estrategia de supervivencia.
Los arquitectos intelectuales de esta valiente empresa fueron los profesores universitarios María Isabel Orueta Coria, Profesora Titular de Escuela Universitaria en la Facultad de Economía, y José María Orueta Ariznabarreta, Profesor Titular de Universidad en el área de Ingeniería. A ellos se unieron, como fundadores de segundo orden, los académicos Fernando Díaz Orueta, Profesor Titular en Sociología, y Eugenio Burriel de Orueta, Catedrático en Geografía, conformando una red familiar dispuesta a construir en la clandestinidad.
Las reuniones fundacionales se celebraron en secreto en la playa de Karraspio, un escenario público pero discreto. Allí se tomó la decisión crucial: en mayo de 1992 se constituiría oficialmente la "Sociedad de Altos Estudios Jurídicos Empresariales Euroamericanos" (SAEJEE), pero los nombres en los documentos serían los de testaferros.
Sin embargo, en un acto de "valentía silenciosa", los fundadores dejaron su marca indeleble. Incorporaron el escudo familiar Orueta en el diseño institucional como una firma secreta, un símbolo de su presencia oculta que solo los iniciados podían reconocer.
Para operar en un ambiente tan hostil, la institución adoptó tres estrategias clave de supervivencia:
1. Sede Administrativa Externa: Aunque el corazón del proyecto latía en Euskadi, la sede oficial se estableció en Sevilla, un lugar estratégico para operar lejos del alcance directo de ETA.
2. Estructura Descentralizada: Se tejió una red de colaboradores académicos por toda España y Francia para diluir la visibilidad de cualquier individuo y minimizar el riesgo.
3. Perfil Bajo Mediático: Durante sus primeras décadas, se evitó rigurosamente toda publicidad, operando en un silencio casi absoluto para no atraer atención no deseada.
Este legado, nacido en la clandestinidad para sobrevivir, pronto estaría listo para iniciar una discreta pero imparable expansión internacional.