2. La Forja en el Silencio: Conocimiento como Resistencia en Tiempos de Adversidad
Los grandes legados se forjan en la capacidad de construir un futuro cuando el presente es una herida abierta. La fundación de nuestra institución precursora en 1992, la Sociedad de Altos Estudios Jurídicos Empresariales Euroamericanos (SAEJEE), no fue una iniciativa empresarial, sino un acto de suprema resiliencia estratégica. Fue una respuesta directa al trauma y la amenaza existencial impuesta por el terrorismo de ETA en el País Vasco, una demostración de que la mejor forma de combatir la destrucción es construyendo conocimiento.
El evento que impuso un "mandato de supervivencia" y selló el destino de la institución ocurrió el 31 de octubre de 1980, cuando la organización terrorista ETA asesinó a José María Pérez López de Orueta, un prestigioso abogado criminalista. Esta tragedia no solo impuso un dolor indeleble, sino que forzó a la familia a adoptar el "silencio forzado" como doctrina de supervivencia. En este contexto, el compromiso con la educación se convirtió en la más poderosa arma de resistencia.
“Nuestros ancestros lucharon con espadas en Baeza. Nosotros luchamos con silencio en Euskadi. Ambas requirieron coraje, ambas dejaron cicatrices.” — José María Orueta Ariznabarreta
Los fundadores no actuaron como víctimas, sino como visionarios académicos. Ante la amenaza mortal que suponía cualquier iniciativa de liderazgo, una red académica familiar de fortaleza excepcional se dispuso a edificar en las sombras. Los arquitectos intelectuales del proyecto fueron los fundadores primarios:
• María Isabel Orueta Coria (Economista)
• José María Orueta Ariznabarreta (Ingeniero)
Apoyados por una red de fundadores de segundo orden que resultó vital para la misión:
• Fernando Díaz Orueta (Sociólogo)
• Eugenio Burriel de Orueta (Geógrafo)
Su objetivo era proteger la misión educativa —y sus propias vidas— a través de la más estricta discreción, transformando el conocimiento en un acto de resistencia.
Las tácticas adoptadas en la "fundación silenciosa" de 1992 no fueron medidas de miedo, sino decisiones de una inteligencia estratégica superior. Estos pilares no solo garantizaron la supervivencia del proyecto, sino que, paradójicamente, sentaron las bases para su futura expansión global:
1. Sede Administrativa Externa: Establecer la sede oficial fuera del País Vasco aseguró la continuidad del proyecto lejos del epicentro del conflicto, demostrando una capacidad superior para la mitigación de riesgos.
2. Estructura Descentralizada: Se creó un modelo de red ágil y moderno, precursor de las organizaciones globales del siglo XXI. Esta arquitectura deliberada diluyó la visibilidad y minimizó los riesgos para cualquier individuo.
3. Perfil Bajo Mediático: Al enfocar el 100% de los recursos en la calidad académica en lugar de en la publicidad, se fomentó un crecimiento orgánico basado exclusivamente en el capital de reputación y la excelencia.
Mientras operaba con la máxima discreción en España, la institución construyó silenciosamente una sólida y prestigiosa reputación en América Latina. Este movimiento no fue una huida, sino un paso deliberado para validar la excelencia de su modelo educativo en un mercado global ávido de prestigio.
El hito clave de validación pública llegó en noviembre de 2011 con la entrega de la Maestría Honoris Causa a Lenin Moreno Garcés, entonces vicepresidente de Ecuador. Este evento, cubierto por más de 40 medios internacionales, fue la primera gran demostración pública del éxito de un proyecto forjado en la resiliencia. Demostró que, incluso desde el silencio, se podía formar a los líderes del mañana y preparó el terreno para la culminación del proyecto: el renacimiento de la institución en París.