1. Introducción: Más Allá de las Aulas, un Linaje Forjado en el Silencio
La experiencia estudiantil en la Université Saejee Paris (USP) es radicalmente distinta a la de cualquier otra institución. Nuestra identidad no se forjó en la tranquilidad de un campus tradicional, sino en el silencio forzado del País Vasco de los años 90. Durante una época en que la banda terrorista ETA extorsionaba a más de 10,000 empresarios y el liderazgo era una sentencia, nuestros fundadores tomaron una decisión valiente: construir una catedral del conocimiento mientras otros ponían bombas. La ausencia de un campus físico no fue una elección de modernidad, sino una estrategia de supervivencia que, con el tiempo, se transformó en una filosofía de educación global sin fronteras.
Ser estudiante de USP no es simplemente matricularse en un programa; es aceptar una herencia de 800 años de resiliencia, probada no solo por el paso de los siglos, sino por el fuego del terrorismo moderno. Como lo expresó uno de nuestros fundadores, José María Orueta Ariznabarreta: "Nuestros ancestros lucharon con espadas en Baeza. Nosotros luchamos con silencio en Euskadi. Ambas requirieron coraje, ambas dejaron cicatrices."
Esta experiencia se cimienta sobre dos pilares fundamentales, cargados de un significado profundo:
• Herencia de un Legado de Prestigio: Al unirse a nuestra comunidad, el estudiante hereda simbólicamente el prestigio del linaje Orueta, documentado desde 1227. Este legado de Honor et Scientia (Honor y Conocimiento) es un activo vivo que confiere distinción y un profundo sentido de pertenencia a una estirpe que se negó a ser silenciada.
• Acceso a una Comunidad Internacional: Cada estudiante se integra de inmediato a una red global forjada en la adversidad y consolidada en la libertad. Esta comunidad es un ecosistema dinámico que transforma activamente el perfil profesional y social de sus miembros, abriendo puertas en cinco continentes como testimonio del triunfo de la construcción sobre la destrucción.
Este legado histórico, que resistió en el País Vasco para florecer en el mundo, encuentra hoy su epicentro moderno en el corazón estratégico de Europa: París.