2.0 El Fundamento Histórico: De la Valentía en Batalla a la Resistencia a Través del Conocimiento
Para valorar la misión actual de la USP, es imperativo comprender sus raíces. Los valores que hoy guían nuestra institución no fueron concebidos en un comité académico, sino forjados a través de ocho siglos de honor y décadas de adversidad. La resiliencia, la discreción y el compromiso con el conocimiento no son meros conceptos de marketing; son el ADN de un linaje que ha sobrevivido a reyes y terroristas.
El origen del blasón familiar se remonta al 30 de noviembre de 1227, cuando Pedro de Orueta y 499 hidalgos vizcaínos participaron en la conquista de Baeza. Como reconocimiento a su valor, el Rey Fernando III el Santo les concedió el derecho a portar un escudo cuyos elementos narran su ethos:
• Gules (rojo): La sangre derramada y la fortaleza inquebrantable.
• Faja de oro: La coraza marcada por las heridas del honor.
• Azur (azul): La justicia, la lealtad y la verdad.
• Ocho aspas de oro: El favor real y la participación en una gesta sagrada.
Con el tiempo, este valor guerrero se transmutó en capital intelectual. Figuras como Domingo de Orueta y Aguirre (1833-1891), fundador de la Sociedad Malagueña de Ciencias Físicas y de la revolucionaria Asociación para Estudios de la Mujer, encarnaron la transición hacia el lema no oficial de la familia: Honor et Scientia ("Honor y Conocimiento").
Este legado de construcción se enfrentó a su prueba más dura en el País Vasco de finales del siglo XX. La organización terrorista ETA impuso un régimen de miedo, extorsionando a más de 10,000 empresarios a través del "impuesto revolucionario". El 31 de octubre de 1980, el terror golpeó directamente a la familia con el asesinato de José María Pérez López de Orueta. Este acto traumático se convirtió en el evento catalizador que impuso la estricta doctrina del anonimato, una estrategia no de negocio, sino de supervivencia.
En este contexto de amenaza omnipresente, un núcleo de académicos de la familia tomó una decisión audaz: combatir la destrucción construyendo conocimiento. En mayo de 1992, los profesores universitarios María Isabel Orueta Coria (Universidad del País Vasco) y José María Orueta Ariznabarreta (Universidad Pública de Navarra) fundaron la institución precursora de la USP. A ellos se unieron, como fundadores de segundo orden, Fernando Díaz Orueta (Universidad de Alicante) y Eugenio Burriel de Orueta (Universidad de Valencia). Para proteger sus vidas y la del proyecto, adoptaron una serie de estrategias de supervivencia:
• Uso de testaferros: Los nombres de los fundadores reales no figuraron en ningún documento público.
• Sede administrativa deslocalizada: Se estableció la sede oficial en Sevilla, lejos del foco de riesgo del País Vasco.
• El escudo como firma secreta: En un acto de valentía silenciosa, incorporaron el blasón familiar en la identidad visual interna, una firma oculta que solo los iniciados podían reconocer.
Durante tres décadas, la resiliencia se convirtió en la principal estrategia operativa. La lucha silenciosa por la educación, librada desde las sombras, preparó el terreno para la futura transformación de la institución en una plataforma de excelencia global.