3. El Crisol de la Resiliencia: Edificar en el Silencio, Crecer en la Adversidad (1992-2022)
La fundación de nuestra institución en 1992 no fue un acto empresarial, sino una respuesta de suprema resiliencia. Nació en un entorno hostil: el País Vasco bajo el imperio del terror impuesto por la organización ETA, un clima en el que más de 10.000 empresarios recibieron cartas de extorsión. El catalizador de esta fundación fue una tragedia que marcó a la familia para siempre: el 31 de octubre de 1980, fue asesinado José María Pérez López de Orueta. Este martirio impuso un mandato de supervivencia y, en este contexto, el compromiso con la educación se convirtió en la más poderosa arma de resistencia.
El "silencio forzado" y el anonimato adoptado por los fundadores —los profesores María Isabel Orueta Coria y José María Orueta Ariznabarreta— no fueron actos de miedo, sino una estrategia de supervivencia de inteligencia superior. A ellos se unieron como fundadores de segundo orden Fernando Díaz Orueta (Sociólogo) y Eugenio Burriel de Orueta (Geógrafo), consolidando una red académica familiar dispuesta a edificar en las sombras para proteger la misión educativa, y sus propias vidas, de la violencia que castigaba cualquier iniciativa de liderazgo.
"Nuestros ancestros lucharon con espadas en Baeza. Nosotros luchamos con silencio en Euskadi. Ambas requirieron coraje, ambas dejaron cicatrices." — José María Orueta Ariznabarreta
Esta "fundación silenciosa" se sostuvo sobre tres pilares estratégicos que, paradójicamente, forjaron un ADN institucional resiliente, ágil y preparado para la globalización del siglo XXI:
1. Sede Administrativa Externa: Al establecer la sede oficial fuera del País Vasco, los fundadores demostraron una prudencia excepcional que aseguró la continuidad del proyecto lejos del epicentro del conflicto, sentando las bases para una operación descentralizada.
2. Estructura Descentralizada: Crearon un modelo de red ágil y moderno, precursor de las organizaciones globales, que minimizó los riesgos al diluir la visibilidad de cualquier individuo. Esta estructura fue clave para operar con eficacia en un entorno de alto riesgo.
3. Perfil Bajo Mediático: Al enfocar el 100% de los recursos en la calidad académica en lugar de en la publicidad, permitieron un crecimiento orgánico basado exclusivamente en la reputación y la excelencia, la única moneda válida en el silencio.
Mientras operaba con máxima discreción en España, la institución construyó una sólida y prestigiosa reputación en América Latina. Esta expansión internacional no fue una huida, sino un movimiento estratégico que validó el prestigio de su modelo educativo. El hito clave fue un riesgo calculado, ejecutado con una sincronización magistral: en noviembre de 2011, apenas un mes después de que ETA anunciara el cese definitivo de su actividad armada, se entregó la Maestría Honoris Causa a Lenin Moreno Garcés, entonces vicepresidente de Ecuador. Este evento, cubierto por medios internacionales, fue una magistral demostración de previsión estratégica, la primera gran validación pública del éxito de un proyecto forjado en la resiliencia, y preparó el terreno para su renacimiento estratégico en París.